Las uniones mediante tornillos, que son las más utilizadas para un ensamblaje no definitivo. Deben soportar los esfuerzos más variados. Cuando hay que atornillar entre sí componentes sujetos a grandes esfuerzos, los tornillos deben garantizar una unión segura bajo las fuerzas que se producen. Es decir, deben estar dimensionados y ser apretados de una forma específica, para que, una vez montados, ejerzan una tensión previa superior a las fuerzas esperadas.
El procedimiento más utilizado para un apriete controlado, junto al del control del límite elástico y el ángulo de giro, es el procedimiento de apriete dinamométrico definido para esa unión atornillada.
El par de apriete debe superar las fuerzas de rozamiento que se producen en las zonas de contacto al apretar el tornillo. Hay que aplicar, además, las fuerzas necesarias para la deformación del tornillo y/o del material en el ámbito elástico. Cuanto menos influya el rozamiento, mayor será la tensión previa que puede alcanzarse con un mismo diámetro de tornillo y con la misma clase de resistencia.
Si las uniones atornilladas se aprietan con una herramienta simple, no es posible alcanzar una tensión previa definida. El par de apriete aplicado, y por lo tanto la tensión previa, puede variar mucho de usuario a usuario, condicionado por una sensación subjetiva muy distinta. Por lo general, los tornillos se aprietan demasiado. Si entonces un tornillo sufre una carga de régimen superior a su resistencia a la tracción, se
rompe. Por otro lado, los tornillos que no han sido suficientemente apretados albergan un elevado
potencial de peligro.
Un par de apriete definido sólo se puede lograr con una herramienta adecuada, como, por ejemplo, una llave dinamométrica o un destornillador dinamométrico.Las dinamométricas denominadas “de disparo” incluyen un mecanismo que limita la fuerza ejercida con la llave a un valor determinado. Alcanzado ese valor, la llave dinamométrica dispara el mecanismo no pudiendo ejercer más fuerza sobre ese valor.
Las llaves dinamométricas tienen un campo de aplicación muy variado. Se utilizan para medir, controlar o realizar pares de apriete en constante cambio o para la reproducción de un par de giro preestablecido. Debido a sus múltiples y heterogéneas posibilidades de aplicación, estos aparatos deben ser resistentes, fiables y de aplicación lo más universal posible.
Las llaves dinanométricas electrónicas están ganando en importancia, ya que la industria y los talleres requieren un nivel cada vez mayor de precisión y de documentación de las mediciones.
Estas herramientas permiten al usuario no sólo una precisión extraordinariamente alta, sino también la posibilidad de archivar los resultados para su posterior utilización. Para garantizar la necesaria precisión de estas herramientas, es necesario someterlas a una revisión periódica y aplicar un plan de calibración acorde a las necesidades y uso de la llave.
En la calibración de llaves dinamómetricas se revela
que se trata de instrumentos con errores elevados (del orden del 5% FE)
y repetibilidades con una dispersión elevada. Esto es debido a que su
diseño y su propósito está orientado más a una herramienta que a un
instrumento de medida.
La calibración de una llave dinamómetrica debe ser una operación planificada y sus resultados deben ser verificados conformes a un criterio de aceptación/rechazo preestablecido. Se utilizan patrones de par debidamente certificados y trazables al patrón nacional que se encuentra en el CEM o a otro patrón nacional, siempre que se encuentre en un sistema metrológico firmante de los Acuerdos Multilaterales de Reconocimiento (MLA). El resultado de la calibración dinamométricas se incluye en un certificado de calibración, el cual debe contener una serie de información mínima y cumplir una serie de condiciones para ser aceptado y reconocido.
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